¿Economía para combatir el COVID-19?
¡Sí! Así como lo acabas de leer, la economía del comportamiento puede ayudar a combatir el coronavirus, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo.
En una publicación reciente, esta organización plantea que, en medio de esta pandemia, el aumento acelerado de los contagios y las consecuencias de la cuarentena para nuestra salud mental y física (el aumento de peso, la falta de ejercicio físico, la depresión, abuso de sustancias peligrosas, la ansiedad) puede ser manejado, e incluso contrarrestado con las herramientas de la economía del comportamiento que han sido efectivas en el pasado, y han sido utilizadas en el sector salud como programas para aumentar las tasas de vacunación, de exámenes médicos y de adherencia a los medicamentos. También puede ayudar a transformar los comportamientos relativos a la higiene, la actividad física y los hábitos alimenticios.
De este modo, en un primer momento, los autores explican los sesgos conductuales, los cuales hacen referencia a las «desviaciones sistemáticas del comportamiento racional», y detallan cómo éstos interfieren en los procesos de racionalización y toma de decisiones. A continuación, se presentan los sesgos descritos en el documento:
SESGO DEL STATUS QUO O INERCIA: Guarda relación con tendencia humana a mantener el estado actual de las cosas. Así, cualquier cambio de la rutina o lo «normal», es percibido como una pérdida.
SOBRECARGA COGNITIVA: La carga cognitiva hace referencia a la cantidad de esfuerzo mental y de memoria utilizados en un período de tiempo. De esta forma, la sobrecarga ocurre cuando «el volumen de información ofrecido excede la capacidad que tiene la persona para procesarla. Nuestra atención y memoria son limitadas y ello impide que se pueda procesar toda la información disponible».
NORMAS SOCIALES: Se conocen por normas sociales como aquellas reglas implícitas que determinan el comportamiento dentro de una sociedad. Existen las “normas descriptivas” y “normas». Las primeras, describen la forma en que los individuos tienden a actuar (por ejemplo, “la mayoría de las personas llega a tiempo”); en cambio, las segundas consisten en establecer los comportamientos aceptables y/o deseados, sin tener en cuenta la forma en cómo las personas actúan en realidad (“Por favor, llegue a tiempo”).
EXCESO DE CONFIANZA: Consiste en la sobreestimación o exageración de la capacidad para realizar exitosamente una tarea.
EXCESO DE OPTIMISMO: Se refiere a la tendencia de subestimar la probabilidad de que sucedan situaciones negativas y confiar mucho en que las probabilidades que ocurran eventos positivos sean altas.
AVERSIÓN A LAS PÉRDIDAS: Por lo general, las pérdidas generan más descontento que la felicidad que produce una ganancia de la misma magnitud.
HEURÍSTICA DE LA DISPONIBILIDAD: «Los individuos hacen sus juicios acerca de la probabilidad de que suceda un evento futuro basándose en la facilidad con la cual les venga a sus mentes una instancia que lo represente».
HEURÍSTICA DE LA REPRESENTATIVIDAD: Las personas tienen a evaluar las posibilidades acerca de los eventos inciertos basados, de manera errónea, en la semejanza que existe entre otros eventos u objetos pasados.
FACTORES DE INCOMODIDAD ( HASSLE FACTORS ): A menudo sucede que los individuos no actúan en concordancia con sus intenciones porque hay se presentan pequeños factores o inconvenientes que estorban e incomodan la decisión. Algunos ejemplos de pueden ser la redacción de la información, su longitud, o la necesidad de acciones adicionales para activar la decisión.
INCONSISTENCIA TEMPORAL: «Es la tendencia a ser impacientes cuando se elige entre recibir beneficios hoy o en el futuro, pero pacientes cuando se opta entre beneficios en dos períodos diferentes en el futuro. Se conoce también como ‘sesgo del presente’».
Ahora bien, teniendo en cuenta lo anterior, los autores describen las HERRAMIENTAS CONDUCTUALES provenientes de la ECONOMÍA DEL COMPORTAMIENTO que se utilizan para contrarrestar los sesgos cognitivos:
ENCUADRE (MARCO): Los individuos extraen conclusiones dependiendo de la forma en cómo se les presenta la información. Por tanto, es fundamental destacar la información relevante o que se subrayen los aspectos positivos o negativos, de la decisión.
PROMINENCIA: Teniendo en cuenta que la capacidad de atención de los seres humanos es limitada, la economía del comportamiento se enfoca en el momento clave de entrega del mensaje; también al lugar donde se entregó y el contenido principal. «Hacer visibles y prominentes los aspectos clave, en el momento y lugares oportunos, son herramientas tan importantes como el contenido mismo del mensaje».
OPCIONES PREDETERMINADAS ( DE- FAULTS): Se relaciona con aquellas opciones que preestablecen automáticamente los cursos de acción deseados y que son efectivas cuando el/la que decide no selecciona nada distinto. Esta modalidad se basa en la tendencia de las personas a mantener el status quo y contribuye a aliviar la sobrecarga cognitiva o el sesgo del presente.
MECANISMOS DE COMPROMISO: Consiste en una opción que es escogida en el presente y a su vez, restringe las alternativas futuras de otras opciones que reflejen objetivos de largo plazo. Por tanto, funciona como mecanismo para mitigar futuros comportamientos impulsivos.
RECORDATORIOS: Pueden llegar por diferentes vías o canales (correo electrónico, mensaje de texto, visita personal) con el objetivo de alertar a las personas a decidir algún aspecto que conduzca a la acción. Mitigan la procrastinación, el olvido y la sobrecarga cognitiva
MICROINCENTIVOS: «Son premios o castigos ofrecidos a quien decide con el fin de influir en su comportamiento o decisión». Éstos pueden ser tangibles o intangibles. Este mecanismo funciona para mitigar la aversión a la pérdida y el sesgo del presente.
HERRAMIENTAS DE PLANIFICACIÓN: Se tratan de mensajes diseñados para incentivar a los individuos a hacer un plan de acción concreto. Esto ayuda a cumplir los objetivos y así anticiparse a los imprevistos.
NORMAS DESCRIPTIVAS: Son aquellas que «describen el comportamiento de un grupo social, independientemente de si es bueno o malo». De este modo, presentar estas normas puede ayudar a cambiar comportamientos. Un claro ejemplo es que muchos piensan que nadie paga impuestos, cuando la verdad es que la mayoría sí lo hace. En este caso, se podría presentar la norma descriptiva del pago frecuente de impuestos para mejorar el comportamiento individual.
NORMAS PRESCRIPTIVAS: «Se refieren a lo que la sociedad aprueba o desaprueba sobre un cierto comportamiento, es decir, sobre lo que está bien o está mal. Ello independientemente del comportamiento de sus miembros».
RECIPROCIDAD: Es conocida como una norma social en la que se presenta un intercambio en especie entre personas, en particular cuando se responde a una acción de otro con una acción equivalente. Ésta puede ser positiva (como devolver un favor) o negativa (represalias).
HEURÍSTICA (REGLAS PRÁCTICAS): «Es una herramienta típicamente recomendada para hacer que las decisiones se tomen con más facilidad al ofrecer atajos mentales en el momento de realizar una acción».
En conclusión, la economía del comportamiento, la cual se «desarrolla bajo un contexto interdisciplinario para explicar el comportamiento de mercado bajo condiciones variadas de conducta e información a nivel individual» (Muñoz-Munguía, Borbón-Morales y Laborín-Álvarez, 2019), y el conocimiento de los sesgos conductuales son aportes teóricos claves para el desarrollo de una comunicación y pedagogía que transforme hábitos, creencias y conductas saludables para superar esta crisis del coronavirus.
REFRENCIAS:
Muñoz-Munguía, Ana Marina, Borbón-Morales, Carlos Gabriel, & Laborín-Álvarez, Jesús Francisco. (2019). Economía del Comportamiento: un campo fértil para la investigación de aplicaciones en política pública para México. Estudios sociales. Revista de alimentación contemporánea y desarrollo regional, 29(53), e19715. https://dx.doi.org/10.24836/es.v29i53.715
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