Hacia la construcción de la Democracia

 “HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE LA DEMOCRACIA: INCLUSIÓN Y DESARROLLO HUMANO EN AMÉRICA LATINA»

Escrito por Liceth Reales.

La comprensión de la democracia como motor fundamental para la inclusión y el desarrollo humano en América Latina implica analizar de qué manera la dinámica y construcción de ésta ha impactado positiva o negativamente en el desarrollo económico y social de los países de la región. Asimismo permite reflexionar sobre cuáles son los desafíos para que democracia, inclusión y desarrollo humano estén triangulados y direccionados en un mismo sentido, garantizando la transparencia, eficacia de los gobiernos, participación integral de la ciudadanía y el crecimiento de la región en condiciones dignificantes que disminuyan la brecha de la pobreza y la desigualdad.

Un punto de partida para realizar un análisis crítico son los avances y desafíos que ha tenido Latinoamérica en los últimos años para la apertura de los países hacia una verdadera democracia. En el informe presentado por la Corporación  Latinobarómetro (2013) muestra como “en el año 2011  América Latina disminuyó su pobreza de 44% a 28% (…) aumentó su participación en el mundo de menos de 5% al 8%”. (p.4). Además en la medición 2013 en la que aplicaron 20.204 entrevistas cara a cara en 18 países se evidencia que existe un incremento en 11 países del apoyo de la ciudadanía  hacia la democracia entre 1995 y 2013, especialmente  en Venezuela y Ecuador, que ocupan los primeros lugares. Sin embargo países como Costa Rica y México reflejan un retroceso en la democracia.

Es factible entonces mencionar que a pesar de las divergencias y contradicciones de las condiciones políticas, económicas y sociales de una población, la valoración de la democracia está permeada por la percepción de la ciudadanía que desde su punto de vista resalta los avances de la democracia  y el impacto de esta misma en su situación de vida. Además las interrelaciones que se generan entre  los sistemas, ciudadanía  y factores estructurales pueden generar o no un retroceso en los procesos democráticos; es por ello que más allá del avance logrado en algunos países, la pregunta sería cómo llegar  al ejercicio pleno de la democracia en Latinoamérica, teniendo entonces como retos: la superación de problemas como la corrupción, la desigualdad, la búsqueda de una educación incluyente, la articulación y  el trabajo mancomunado entre democracia y economía.

La corrupción representa un problema importante que ha estado presente en la democracia latinoamericana, teniendo un efecto desfavorable en el crecimiento económico de las naciones. De León, I. Garay, L. Guerrero, B. (s.f)   señala en su análisis un claro ejemplo de este fenómeno en las sociedades latinas,  la captura del Estado, lo cual representa un tipo de corrupción  en la que intervienen agentes privados en la formulación de leyes, regulaciones y políticas con el fin de favorecer los intereses particulares, situación que afecta el crecimiento de la economía y el bienestar de la ciudadanía. Sin embargo aunque la corrupción tiene un impacto directo y negativo sobre el desarrollo de la economía, la participación de los ciudadanos y ciudadanas  durante las elecciones es un mecanismo importante para inhibir la presencia y accionar de políticos corruptos en los gobiernos. (Drury, Krieckhaus, Lusztig 2006)

Ahora bien, el reto de la ciudadanía y los estados latinoamericanos es consolidar una democracia más allá del proceso electoral, que aunque como lo señala Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo, PNUD, (2004)  sea un criterio básico y necesario para constituir la democracia, es fundamental que ciudadanos y ciudadanas de manera integral ejerzan control y participen en la toma decisiones y forma de organización para garantizar los derechos de todos.  Es por ello que desde la democracia como experiencia humana, implica el buen funcionamiento del Estado y el ejercicio pleno de la ciudadanía política, civil y social.

La participación autónoma y la inclusión  de la ciudadanía en la toma de decisiones políticas, sociales y económicas se genera en la medida en que estos estén educados y sean críticos ante su realidad.  Arnold (2012) en el análisis global a 10 países de América Latina con niveles de corrupción demuestra que las personas mejor informadas tienen percepciones más precisas sobres sus sistemas de gobierno y sus problemas que aquellos que están menos informados. Sin embargo ambos grupos subestiman la corrupción en sus sociedades, por lo cual es importante que los ciudadanos afronten la magnitud del problema desde una actitud reflexiva y activa, ya que al estar mejor informados estarán más equiparados para exigir y monitorear la rendición de cuentas, el papel de los funcionarios, y a su vez defender sus derechos.

Lo anterior es ratificado con los resultados significativos mostrados por el Latinobarómetro (2013) que indican que existe una relación entre el nivel de educación y el apoyo a los procesos de democracia. En los ciudadanos que están en educación secundaria o técnica el apoyo a la democracia alcanza un 54%, esta cifra va aumentando en la medida en que tengan mayor nivel de educación, 59% para las personas que tienen dos años de educación superior, 64% cuando son 4 años y 70% al tener educación superior completa; evidenciado esto que el apoyo a la democracia es más alto en la medida en que los ciudadanos y ciudadanas hayan cursado más años de escolaridad.

Estos datos ponen de manifiesto que la educación es indispensable y ha facilitado el avance en la construcción de la democracia y apertura de la ciudadanía hacia ésta. No obstante aunque exista una avance significativo en los niveles de alfabetización de la población adulta como lo señala Gentili, (2009), en países como Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Perú, República Dominicana, y Venezuela, naciones que presenten una expansión desde los años 50 en las tasas de escolarización y en la esperanza de vida educacional, es necesario forjar la inclusión como proceso democrático integral que permite la superación efectiva de las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales que han generado exclusión a lo largo de la historia en Latinoamérica .

La educación como derecho y herramienta potencial para el desarrollo de las capacidades y libertades, requiere del mejoramiento de las condiciones de acceso a los centros educativos así como una consciencia crítica que  impulse las luchas y las movilizaciones en pro de una educación más incluyente que facilite el desarrollo humano en todas sus dimensiones, construyendo una democracia integral capaz de cohabitar con la inclusión y no con procesos opuestos como la exclusión, desigualdad, pobreza y corrupción.

La exclusión social no solo está presente en la educación. El desarrollo económico de las regiones expone esta grave situación en Latinoamérica, que como lo expresa Levaggi, (2006), en los países latinoamericanos, las sociedades están divididas en dos, aquellos que participan en los procesos de globalización y gozan de sus beneficios y otros que por el contrario no tienen voz y voto en el proceso de modernización y globalización, este último grupo fatigado con el desempleo cree menos en la democracia y se inclina hacia candidaturas autoritarias, casos que nos son favorables para la  verdadera construcción de la democracia.

La falta de garantías del Estado para generar empleos dignos y disminuir la desigualdad en la distribución de los ingresos, trae consigo el desarrollo de una economía informal, como mecanismo para sobrevivir en un sistema económico cerrado. “América Latina y el Caribe cuenta con una economía informal, en promedio, de mayor tamaño a nivel internacional con un 41,1% del PIB regional. (Gómez y Morán 2012,  p. 25).

Asimismo como indica la CEPAL (2013) la política fiscal es fundamental para contribuir al crecimiento del ingreso disponible y su mejor distribución en la población civil. Es significativo ver que durante el 2010-2011 en América Latina ha aumentado la participación del gasto social en el presupuesto en un 63%. Esto muestra que las políticas en esta materia facilitan una mayor sostenibilidad de la economía y por ende, contribuyen a la reducción de la pobreza.

Es urgente que el Estado asuma un rol activo en la construcción de políticas articuladas con los modelos económicos, siendo esto una estrategia indispensable para la consolidación de una democracia enmarcada en un discurso colectivo que se construye con y para la ciudadanía. Kliksberg (2005) considera que para el logro de un crecimiento sostenido y el alcance de una gobernabilidad democrática es necesario enfrentar y llevar a la agenda pública los problemas relacionados con la desigualdad, porque mientras no se generen estas acciones la desigualdad seguirá constituyendo un obstáculo para la democracia.

La triangulación de la democracia, la inclusión y el desarrollo humano, es posible en la medida en que se genere una participación de los ciudadanos y ciudadanas, quienes deben monitorear las formas de gobierno que se ejercen al interior de sus países. Sin embargo el Estado tiene que estar abierto a la construcción de una economía sostenible desde programas políticos que faciliten la integración de las economías de las regiones. Pizarro (2008) señala que la integración regional es un mecanismo viable para enfrentar los desafíos de las sociedades latinoamericanas, por ende, resalta la importancia del trabajo en conjunto de los gobiernos, empresarios, trabajadores y organizaciones, el liderazgo de los países latinos con potencial económico y político y entrega  de soberanía para expandir políticas mancomunadas.

Es un reto para los países latinoamericanos iniciar procesos democráticos más inclusivos que permitan que la democracia dinamice la inclusión y la expansión de las libertades de los individuos.  Reid (2007)  en sus reflexiones sostiene que, los dirigentes en Latinoamérica deben propiciar una mayor equidad política y socioeconómica, por lo que se hace importante promover el crecimiento económico y la igualdad en el mismo sentido, porque es posible desde políticas claras superar esa dicotomía. Además es urgente mejorar la cobertura y calidad de la educación en América Latina, para garantizar la participación y creación de igual de oportunidades, factor que incide en la formación e inclusión de una clase trabajadora más preparada que aportará a la competitividad de las empresas latinoamericanas.

En conclusión la democracia es la herramienta fundamental para generar un cambio en las formas de gobierno y construcción de políticas. América Latina está en una fase de expansión hacia una democracia más integral y aunque hoy se enfrenta a problemas como la corrupción y la desigualdad socioeconómica, la superación de sistemas autoritarios, la intervención de organismos internacionales y la implementación de políticas para la protección de los derechos civiles y sociales son avances en este largo camino, en el que los países latinoamericanos están llamados a construir sociedades justas e incluyentes, en las cuales economía y democracia no sean polos opuestos sino elementos complementarios que potencialicen el desarrollo humano  y el crecimiento exponencial de las regiones.

Referencias

Arnold, J. (2012) Political awareness, corruption perceptions and democratic accountability in Latin America, Acta Política, 47, p.67-90

Corporación Latinobarómetro (2013). Informe 2013 disponible en:http://www.latinobarometro.org/documentos/LATBD_INFORME_LB_2013.pdf

CEPAL (2013). Estudio económico de América Latina y el Caribe, tres décadas de crecimiento desigual e inestable.

De León, I. Garay, L. Guerrero, B. (s.f)  La reconfiguración cooptada del Estado: Más allá de la concepción tradicional de captura económica del Estado

Kliksberg, B. (2005). América Latina región más desigual de todas, Revista de Ciencias Sociales, 11, (3), p.411-521.

Levaggi, V. (2006). Democracia y trabajo decente en América Latina. Oficina Regional para América Latina y el Caribe OIT.

Drury, C. Lusztig, M. Rieckhaus, J. (2006). Corruption, Democracy, and Economic Growth, International Political Science Review, 27, (2), p. 121-136.

Gentili, P. (2009). Marchas y contramarchas. El derecho a la educación y las dinámicas incluyente en América Latina (a sesenta años de la declaración universal de los derechos), Revista Iberoamericana de Educación,  (49), p. 19-57.

Gómez y Morán (2012). Informalidad y tributación en América Latina: explorando los nexos para mejorar la equidad, Serie de Macroeconomía del Desarrollo, (124), p. 1-77.

Pizarro, R. (2008). El difícil camino de la integración regional, Revista Nueva Sociedad (214), p.24-35.

Programa de las Naciones Unidas (PNUD) (2004).  La democracia en América Latina hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos.

 

Reid, M. (2007). Capítulo 1: El continente olvidado.




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