XXIII Diálogo de Mercadeo Estratégico

Tema: Consumo de cine de Barranquilla

Fecha: 24 de agosto del 2011

Lugar: Cinemateca del Caribe, Sede Boston (Cra. 43 # 63B – 107)

 

Invitados:

Deyane Acosta – Cinemateca del Caribe

Adolfo Arteta – Cine Club Cayena Universidad del Norte

Alejandro Ángel – Armadillo Media

Roberto Flores – Presidente Consejo Distrital de Cinematografía y Audiovisuales

Andrés Moreno – Gerente de Multiplex Cine Colombia

Diego Teherán – Gerente de Mercadeo de Royal Films

Patricia Iriarte – Observatorio Audiovisual del Caribe

 

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Diego Therán Diego Therán 2 Andrés Moreno María Mercedes Botero

Deyane Acosta Alejandro Ángel Roberto Flores Patricia Iriarte Adolfo Arteta

Vendedor DVD´s Pirata

 

Mira la galería de fotos del evento aquí

 

 

Nuestra vigésima tercera edición del DIME estuvo dedicada al Consumo de Cine en Barranquilla, por lo que reunimos a los principales representantes de salas de cine, festivales, cine clubs, realizadores audiovisuales y catedráticos de la ciudad, quienes debatieron sobre el tema en cuestión, alrededor de los siguientes objetivos:

 

  1.       Compartir experiencias y conocimiento en torno a la oferta cinematográfica de la ciudad.
  2.       Entender los mecanismos de promoción y estrategias de mercadeo utilizada por estas empresas y entidades, así como por las instituciones y centros que promueven el cine en la ciudad.
  3.       Comprender las expectativas y preferencias de los consumidores barranquilleros de cine.
  4.       Identificar  estrategias de educación al consumidor a través del cine: presentación del cine foro Consumismo Cine, de Inpsicon.

 

Tras una breve presentación por parte de nuestra directora y moderadora María Mercedes Botero, el XXIII DIME comenzó con Deyana Acosta-Madiedo, directora ejecutiva de la Cinemateca del Caribe, quien tomó la primera palabra haciendo referencia al objetivo número uno del DIME: definir la oferta cinematográfica de Barranquilla. Acosta afirmó que la situación en el Departamento del Atlántico es complicada, comenzando por la falta de infraestructura. “No hay salas de cine en ningún otro municipio del Atlántico, excepto Barranquilla”. La Cinemateca, en su misión de llevar el cine a toda la población, cuenta con sistemas alternativos como el Cine Móvil, un vehículo que va por los barrios de Barranquilla y los municipios del Atlántico llevando el séptimo arte de forma gratuita a estos sectores. La Cinemateca tiene un objetivo claro: educar al público como espectadores formados y conocedores del séptimo arte, que lo aprecien en sus diferentes géneros y formas, para así ampliar la demanda de películas no comerciales entre la población y, de esta manera, ganar público. “El cine lo que busca es eso, es una herramienta cognoscitiva pero también comunicacional, una forma de expresión. Ahora estamos proyectando documentales y cuesta trabajo, pero vamos a seguir insistiendo porque de eso se trata, de formar público”.

 

En cuanto al segundo objetivo, una de las estrategias de mercadeo utilizadas por la Cinemateca para ganar público es unirse a los demás eventos de la ciudad y proyectar películas y materiales audiovisuales que acompañen la temática del mismo. Un ejemplo lo encontramos en su alianza con “Sabor Barranquilla”, feria gastronómica del Caribe Colombiano, durante la cual la Cinemateca cuenta con películas que tocan temas de cocina como Soul Kitchen, película recomendada por la diseñadora Judy Hazbún quien afirmó que “es buenísima”, para luego añadir “y me la vi pirata” lo que arrancó carcajadas del público.

 

El tema de la piratería no podía faltar en este diálogo. Para Roberto Flores Prieto, director de cine y de Kimera Producciones, profesor de la Universidad del Norte y Presidente del Consejo Distrital de Cinematografía, es inevitable que este fenómeno se dé porque “es absolutamente excluyente que la gente que ama el cine, que quiere ver una película, tenga que pagar cuarenta, cincuenta o cien mil pesos por un DVD. En el momento en el que el cine colombiano se planteó que la idea es el volumen y decidió bajar los precios de DVD´s a siete u ocho mil pesos, evidentemente la gente empezó a responder”. A la variable precio, Roberto añade dos más: una es la demora con que, en muchas ocasiones, estrenan en Colombia las películas que son éxitos mundiales, y la otra es la escasa oferta cinematográfica de la ciudad.  “En Barranquilla tenemos unas salas comerciales que no proyectan lo mejor del cine comercial y una Cinemateca que a veces no puede proyectar lo mejor del cine de arte y ensayo, por lo tanto estamos en una situación un poco viciada, en la que, me perdonan, si no es por la piratería mucha gente en Barranquilla no conocería otras opciones de cine”.

 

En este punto, María Mercedes Botero, Directora de Inpsicon, hizo hincapié en la necesidad de generar alianzas estratégicas entre las empresas y entidades que ofrecen cine en la ciudad, con tal de unir esfuerzos para lograr metas comunes, ampliar oferta y no confundir al consumidor. Se cruzan públicos y películas, la segmentación de mercado no existe como tal y, por tanto, la oferta cinematográfica y su lugar en la agenda cultural no queda clara para el consumidor, propiciando que este recurra a canales no formales para conseguir lo que quiere, como ocurre con la piratería.

 

Alejandro Ángel, realizador audiovisual, miembro de la productora Armadillo Media, profesor de la Universidad del Norte y experto en redes sociales, nos adelantó que, en alianza con la Cinemateca, próximamente habrá un festival de cine en el que todas las obras que participen serán exclusivamente obras Creative Commons, un sistema de registro de autoría internacional que tiene como propósito fortalecer a creadores para que sean ellos mismos quienes definan los términos en que sus obras pueden ser usadas, qué derechos desean entregar y en qué condiciones lo harán, sistema que resulta una alternativa formal para la piratería.

 

Andrés Moreno, Gerente de MultiPlex Cine Colombia, interviene aportando al diálogo desde la óptica del cine comercial. Cine Colombia se dedica a la proyección y distribución de películas que prometan aceptación dentro del público, que aseguran el éxito en caja. El proceso consiste en crear funciones alrededor de películas taquilleras hasta que su demanda se reduzca, para luego ser reemplazadas por otras películas que el público espere. Ahora bien, en cuanto a las expectativas y preferencias de los consumidores, Andrés sostiene que el cine, como la ciudad, se sectoriza. Así, dependiendo del lugar de la localidad en el que se encuentra la sala de cine, los consumidores prefieren un tipo u otro de películas. En el caso de Barranquilla, donde solo cuentan con una sala ubicada al norte de la ciudad, las películas que “más pegan” son las de corte comercial, con grandes estrellas en cartel. En otras ciudades de Colombia, por ejemplo Bogotá y Cali, Cine Colombia está uniendo esfuerzos para facilitar el cine comercial a la población, acercándose a espectadores de recursos más bajos gracias a su ubicación en centros comerciales periféricos, lo les permiten reducir el precio tanto de la boleta como de la confitería, así como llevar a cabo promociones especiales. “La idea es que la gente pueda incorporar el cine en la canasta familiar”, afirma Moreno.

 

Siguiendo esta línea de discurso, Diego Therán, Gerente de Mercadeo de Royal Films, empresa competidora directa de Cine Colombia, añadió que “el cine es para todos, siempre nos ha preocupado sembrar semilla”, asegurando que su empresa trabaja para promocionar el lado cultural del cine, buscando promocionar el entretenimiento a través del séptimo arte en todos los estratos socioeconómicos. Para ello, cuentan con cinco puntos en la ciudad de Barranquilla: Éxito de la 51B, y centros comerciales Portal del Prado, Metrocentro,  Panorama y Americano. Así mismo, Royal Films está apostándole al público juvenil, mediante alianzas estratégicas con ligas de fútbol y eventos deportivos como el reciente Mundial Sub 20, que tuvo su inauguración en la ciudad de Barranquilla, que les permiten acercar la experiencia de asistir a la sala de cine al público más joven.

 

Por lo tanto, en lo que respecta al cine comercial, Cine Colombia y Royal Films comparten el mercado en nuestra ciudad, ambos exponen el mismo tipo de películas pero a precios muy diferentes, tal y como apuntó una consumidora del público. Sin embargo, según Diego Therán, estas salas de cine no reducen su pugna por el público a esta lucha de precios, porque eso sería dañino para ambas empresas, si no que buscan estrategias de mercadeo para ganarse al público de “manera limpia”. Haciendo un análisis del público en Barranquilla, el Sr. Therán destacó el gusto de los barranquilleros por lo gratutito, por eso, una de las acciones de marketing que llevaron a cabo para atraer nuevos clientes fue precisamente armar sesiones free promocionales, que les permitieron ganar posicionamiento de marca, nuevos clientes y romper paradigmas como el de que ir al cine es caro, muy extendido entre la población con menor poder adquisitivo de la ciudad.

 

Alejandro Ángel, quien relató todo lo que ocurría en el Diálogo a través de Twitter y, a la vez, compartía con los asistentes la conversación que iba sugiriendo en la red de manera simultánea, afirm+ó que esta percepción no ocurre solamente en los sectores menos pudientes, también los jóvenes lo perciben así. Para los twitteros, que son precisamente en su mayoría jóvenes, el factor precio es decisivo a la hora de definir su consumo de cine.  Alejandro Ángel nos comentaba que para ellos el plan de ir al cine es percibido como un plan caro, “que no implica sólo el coste de la boleta, sino la gaseosa o el balde de crispetas, el desplazamiento hasta el centro comercial… y que por eso muchas veces dejan de asistir a las salas de cine a favor de descargar las películas en el computador”. Ante esto, nuestro invitado proponía la posibilidad de ofrecer promociones que estimulen a los consumidores a romper con ese esquema mental y a que se acerquen a las salas. “El día que dejen entrar la media caja de arroz chino o las seis caribañolas, será perfecto”, opinaba uno de los twitteros, a lo que Andrés Moreno, de Cine Colombia, respondía que precisamente, su unidad de negocios no se basa solamente en el precio de la boleta, sino que su fuente de ingreso depende también, y en gran medida, de otras unidades como es la confitería y alimentación dentro de la sala.

 

En torno a este tema, Roberto Flores Pietro trajo a colación la crisis vivida tanto por las salas de cine comercial como por las de cine independiente debido a que vivimos un quiebre en el consumo del audiovisual ocasionado por los sistemas de “cine en casa”, televisores de gran formato y sistemas de sonido envolventes que llevan la experiencia del cine a casa. El 3D ha supuesto para las salas de cine la manera de combatir este tipo de alternativas domésticas, casi volviendo a los orígenes del cine como atracción de feria, como experiencia sensorial.

 

Dando un giro a la conversación, Patricia Iriarte, del Observatorio del Caribe, compartió con los presentes los hallazgos de su investigación “Usos del audiovisual en el caribe colombiano”(puede encontrarla online aquí: http://www.ocaribe.org/ojo/index.php?option=com_content&view=article&id=13&Itemid=37), en la que queda reflejado cómo las diferentes organizaciones sociales, colectivos, realizadores, estudiantes y otros agentes del sector, dentro de nuestra región, están usando el audiovisual. Destacó la diversidad de estos usos y puso de ejemplo al festival “Cine a la Calle”, que lleva operando 10 años en Barranquilla, como entidad que acerca el cine a la sociedad a través de un sistema de exhibición innovador: cine gratuito, novedoso, de calidad y al aire libre en diferentes puntos de la ciudad.  Así mismo, subrayó los esfuerzos que se están dando en la formación audiovisual del público por parte de varios actores, y la importancia de este tipo de actividades a la hora de crear a un consumidor de cine más educado y exigente, que aprecie el cine más allá de su lado más comercial. La Dra. Iriarte invita a todos los realizadores de la región a que registren sus obras audiovisuales en la página web del Observatorio del Caribe (http://www.ocaribe.org/). Por último, la experta denunció la falta de canales de distribución de la producción independiente local, tal como, lamentablemente, arrojó su investigación.

 

Con respecto al último objetivo, las estrategias de educación al consumidor desde el cine suelen venir de la mano de iniciativas como los cine clubs, donde ver cine es mucho más que mero entretenimiento. Adolfo Arteta, “Natural”, quien maneja el Cine Club Cayena de la Universidad del Norte desde hace 3 años, quiso recalar también la importancia de la formación del público, porque muchas veces existe la intención de las salas de cine por tener una oferta cinematográfica más amplia o especializada pero el público no responde, como fue el caso de Royal Films con su sala de cine independiente Sala Europa, que no obtuvo la acogida suficiente para cubrir los gastos y expectativas comerciales necesarios para mantenerla con vida. El cine club funciona no sólo como organización exhibidora de cine, sino que contribuye a la educación del espectador, ofreciendo una programación que se ajusta a ciclos formativos sobre el séptimo arte. En el caso del Cine Club Cayena, Adolfo nos cuenta que “se articula en ciclos temáticos que, en últimas, son un ensayo que maneja una hipótesis. En este momento, nuestra hipótesis es el neorrealismo mágico y su influencia en el cinema nuovo brasiliero”. En la actualidad, el Cine Club Cayena, además, tiene un proyecto de llevar el estudio del cine a las aulas escolares, contribuyendo con la formación de espectadores de cine más exigentes desde temprana edad.

 

La gente del Cine Club La Sala, por su parte, nos cuentan cómo las redes sociales y una oferta atractiva de cine les ha permitido contar con un público joven, universitario en su mayoría, abundante y asiduo.

 

Por último, Estefanía Mejía del departamento de comunicación de Inpsicon, presentó nuestra nueva plataforma de educación al consumidor: Consumismo Cine, un cine foro organizado en alianza con la Cinemateca del Caribe, que busca tanto ser un espacio de reflexión como aportar al desarrollo de una nueva percepción del consumo y su efecto en la sociedad, a través de la proyección y análisis de materiales audiovisuales. Su frecuencia será mensual, está agendado para final de cada mes y la entrada será completamente libre, comenzando a partir del mes de septiembre. Para más información: http://consumismomundo.wordpress.com/consumismocine/.

 

En conclusión, podemos resumir que el consumidor de cine barranquillero está sectorizado, existe una gran mayoría que asiste al cine comercial como opción de entretenimiento, y una minoría que busca alternativas de cine independiente bien en la cinemateca, bien en circuitos alternos como cine clubs y festivales. En cuanto a  la oferta cinematográfica de la ciudad, los expertos concuerdan en que es reducida, las dos empresas exhibidoras de cine competidoras comparten cartelera pero se dividen al público por estratos; mientras que las alternativas de cine tales como la Cinemateca del Caribe, cine clubs y festivales, trabajan por formar a un público más exigente que reclame mayor diversidad cinematográfica y aprecie el séptimo arte lo suficiente como para asistir a las salas de cine y no recurrir a la piratería, sin embargo, muchas veces deben amoldarse a las exigencias tanto de las distribuidoras como de un público que busca todavía un cine más comercial.




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